Foto: Plaza Alta (Algeciras)
S A N B A R T O L O M E 6 3. G E N T E

domingo, 22 de noviembre de 2009

EL SACRISTAN DE SANTA ANA

Querido padre, hermanos y feligreses de a pie:
He recibido un correo electrónico con el ruego de redistribuirlo a todos mis parroquianos al objeto de localizar sangre del tipo AB para un niño de Valencia afectado de leucemia.
Como, perro viejo, me he olido la cadena a distancia, y me he puesto en contacto con el Hospital la Fe de Valencia, donde me confirmaron lo que me temía.
Os transcribo el texto del comunicado del referido hospital, o, si lo preferís, podéis pinchar aquí.
Manolo Argumedo
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AVISO IMPORTANTE A LA POBLACIÓN: El Hospital Universitari La Fe de Valencia DESMIENTE de manera rotunda el siguiente correo electrónico que está circulando por Internet:
MENSAJE URGENTE DESDE EL HOSPITAL LA FE DE VALENCIA
Si conocéis a alguien que tuviera el grupo sanguíneo AB dispuesto a donar sangre, decidlo. En el Hospital Universitario La Fe de Valencia hay un niño de 10 años ingresado con LEUCEMIA que necesita urgentemente unos 12 donantes. Este grupo sanguíneo (AB) es bastante raro, de ahí el hecho de la falta de donantes. Los médicos anuncian que si los encontraran sería muy posible salvarla vida de este niño. Por favor, reenvía este correo a quien conozcas. El teléfono de la madre (María Ángeles 963802408)

En primer lugar, se trata de un hoax o bulo, un mensaje de correo electrónico con contenido falso o engañoso. Estos mensajes, apelando en casos como éste a la solidaridad ciudadana para ayudar a un niño enfermo, se distribuyen en cadena a través de Internet con el objetivo de saturar la red o los servidores y captar direcciones personales de correo para comerciar con bases de datos o utilizarlas para fraudes cibernéticos. En segundo lugar, el grupo sanguíneo AB, precisamente, puede recibir sangre de cualquier tipo (A, B, AB y 0), lo que desecha la idea de “falta de donantes” que se menciona en el correo, delatando, en consecuencia, la falsedad del contenido. En tercer lugar, el teléfono de la supuesta madre no existe, lo que supone nuevamente una sospecha de que el correo no persigue realmente ningún fin solidario. Por último, durante el tiempo que este bulo lleva circulando por Internet, ha sufrido ligeras modificaciones de contenido (variación en el número de donantes que dice se necesitan, el número de teléfono que se señala, etc.). La redacción, no obstante, sigue siendo atemporal y tampoco figura ninguna fecha de publicación con el fin garantizar la máxima permanencia del correo en la Red. Además, se trata de un texto anónimo, en el que no se citan fuentes (porque carece de ellas) y tampoco está firmado para evitar repercusiones legales. Rogamos tengan en cuenta estos indicios para detectar nuevos hoax o bulos que puedan llegar a sus correos. Por favor, si reciben el correo anteriormente mencionado, reenvíen a sus contactos la advertencia de que es absolutamente FALSO y que en el Hospital Universitari La Fe, afortunadamente, no existe este supuesto niño de 10 años con leucemia para el que se hace un llamamiento a la buena voluntad de las personas y donantes frecuentes. No obstante, les recordamos que los hospitales públicos necesitan diariamente sangre de todos los grupos sanguíneos, por lo que les emplazamos a donarla en los puntos habituales de extracción. Podrán encontrar la información actualizada en la página web del Centro de Transfusiones de la Comunitat Valenciana (http://centro-transfusion.san.gva.es) o a través de la red de hospitales públicos de las respectivas comunidades autónomas. Muchas gracias por su colaboración. Atentamente, Melchor Hoyos García Gerente del Departamento de Salud Valencia La Fe

martes, 10 de noviembre de 2009

Luis Vallecillo


José Antonio Hernández Guerrero


Luis -inquieto, imaginativo y realista- es una de esas personas que hablan y actúan con plena libertad. A medida en que cumple años, va aflojando esos lazos convencionales –y a veces arbitrarios- que, en otras edades, le imponían las normas sociales o las modas dictadas por la publicidad. Ahora, cuando acaba de jubilarse, se permite el lujo de pensar, de imaginar, de sentir, de hacer y de decir todo aquello que, sin causar daño a nadie, le pide el cuerpo. Y es que, efectivamente, como él explica con desparpajo, sólo aprendemos a vivir cuando ya hemos vivido: cuando hemos trabajado, cuando nos hemos equivocado, cuando hemos disfrutado y, sobre todo, cuando hemos sufrido. Es ahora cuando él, con la colaboración de su mujer, Lola, de sus hijos y de sus nietos, puede cosechar los resultados de sus múltiples experiencias.

A mí me llama la atención su manera -sencilla, clara y amena- de explicar las cuestiones más complejas de la vida cotidiana, y su forma tajante de rechazar los análisis enrevesados, enigmáticos y pedantes. Me he fijado en el realismo con el que defiende que la mayoría de nuestras ideas tiene su origen y su fundamento en esas convicciones que arraigan en la experiencias personales de nuestra niñez o las en semillas sembradas por personas que nos merecen una profunda credibilidad. Es posible que aquí resida su convencimiento de que la bondad es la senda más segura y más humana para lograr la felicidad personal, el surco más fértil en el que hemos de sembrar las semillas de nuestro bienestar familiar.

Por eso hace ya muchos años, antes de que fuera un profesional de la Psicología, explicaba cómo seguir la ruta que traza el amor es la forma más efectiva para curar la mayoría de los complejos de inferioridad de aquellas personas que, por no sentirse dignas de ser amadas, adoptan unas actitudes de “autoaborrecimiento”. Estoy de acuerdo con él en que muchos trastornos psicológicos tendrían solución, posiblemente, si los pacientes se decidieran valientemente a experimentar y a expresar amor por alguien. Ésa es, a mi juicio, el procedimiento más eficaz para sentirnos amados y la fórmula más directa para amarnos a nosotros mismos.

Es posible que ahí resida la clave de su permanente buen humor y de la actitud positiva que adopta, incluso, ante las adversidades. Luiyi es, efectivamente, una de esas personas que, con sus actitudes, nos estimulan para que miremos hacia delante, para que divisemos el horizonte abierto y para que orientemos la marcha hacia arriba. No es extraño, por lo tanto, que, ante los obstáculos y las dificultades constituyan para él unos estimulantes alicientes para su infatigable actividad creadora.