Este último fin de semana estuvimos visitando Arcos de la Frontera, hacia 37 años que habíamos estado en ese bonito pueblo de la provincia de Cádiz, volver a pasear por sus calles empinadas nos hizo recordar la primera vez que estuvimos allí de recién casados, no nos parecía que hiciera tanto tiempo, pero esa era la realidad.
Cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta que nuestras vivencias anteriores están fijadas en lo más profundo de la mente, al traer alguna muy lejanas en el tiempo al presente, solemos decir “me acuerdo como si fuera ayer” sin embargo han transcurridos bastantes años.
La memoria, sin explicarnos cual es la causa, es selectiva, nos acordamos de acontecimientos que pueden ser insignificantes, un juguete que tuvimos de niños, y olvidamos algunas cosas más trascendentes. Es un misterio el mecanismo que rige la parte del cerebro donde se alojan nuestros recuerdos que son uno de los componentes fundamentales de nuestro ser.
La terrible enfermedad de Alzheimer se caracteriza porque poco a poco va borrando nuestra historia personal, dejando al individuo sin su pasado y sin su día a día; se pierde la posibilidad del reconocimiento del mundo que nos rodea, va destruyendo nuestra identidad, reduciéndonos absolutamente a una vida vegetativa.
La mirada al ayer no tiene porque ser simplemente desde la nostalgia de “cualquier tiempo pasado fue mejor” sino desde la alegría de rememorar lo ya vivido y que esto nos ayude a enfrentarnos a los retos actuales.
Entre los recuerdos entrañables de cualquier pareja está su casamiento o el nacimiento de sus hijos, son momentos que están grabados de una forma especial, fácilmente podemos evocar los detalles que se produjeron alrededor de estos acontecimientos.
La boda de nuestros hijos, es también un instante mágico que nos recuerda la nuestra años atrás, la volvemos a revivir de alguna manera a través de la ilusión y felicidad que tiene la familia y especialmente los novios en ese momento tan fundamental de su existencia. Después de meses de una minuciosa preparación de ese evento, nos encontramos que ese día tan grande pasa en un abrir y cerrar de ojos, parece como si hubieras tenido un sueño y estás de nuevo en la vigilia.
Además de lo expuesto todos tenemos otros acontecimientos impresos en fotografías o películas o guardados en algún rincón hondo de nuestra alma que al hacerlos presente nos hace exclamar ¡¡ Como pasa el tiempo¡¡ ¡¡ Cuanto tiempo ha pasado ¡¡ ¡¡ No me parece que haya pasado tanto tiempo¡¡
Algeciras 24.11.10
Andrés Baquero
Cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta que nuestras vivencias anteriores están fijadas en lo más profundo de la mente, al traer alguna muy lejanas en el tiempo al presente, solemos decir “me acuerdo como si fuera ayer” sin embargo han transcurridos bastantes años.
La memoria, sin explicarnos cual es la causa, es selectiva, nos acordamos de acontecimientos que pueden ser insignificantes, un juguete que tuvimos de niños, y olvidamos algunas cosas más trascendentes. Es un misterio el mecanismo que rige la parte del cerebro donde se alojan nuestros recuerdos que son uno de los componentes fundamentales de nuestro ser.
La terrible enfermedad de Alzheimer se caracteriza porque poco a poco va borrando nuestra historia personal, dejando al individuo sin su pasado y sin su día a día; se pierde la posibilidad del reconocimiento del mundo que nos rodea, va destruyendo nuestra identidad, reduciéndonos absolutamente a una vida vegetativa.
La mirada al ayer no tiene porque ser simplemente desde la nostalgia de “cualquier tiempo pasado fue mejor” sino desde la alegría de rememorar lo ya vivido y que esto nos ayude a enfrentarnos a los retos actuales.
Entre los recuerdos entrañables de cualquier pareja está su casamiento o el nacimiento de sus hijos, son momentos que están grabados de una forma especial, fácilmente podemos evocar los detalles que se produjeron alrededor de estos acontecimientos.
La boda de nuestros hijos, es también un instante mágico que nos recuerda la nuestra años atrás, la volvemos a revivir de alguna manera a través de la ilusión y felicidad que tiene la familia y especialmente los novios en ese momento tan fundamental de su existencia. Después de meses de una minuciosa preparación de ese evento, nos encontramos que ese día tan grande pasa en un abrir y cerrar de ojos, parece como si hubieras tenido un sueño y estás de nuevo en la vigilia.
Además de lo expuesto todos tenemos otros acontecimientos impresos en fotografías o películas o guardados en algún rincón hondo de nuestra alma que al hacerlos presente nos hace exclamar ¡¡ Como pasa el tiempo¡¡ ¡¡ Cuanto tiempo ha pasado ¡¡ ¡¡ No me parece que haya pasado tanto tiempo¡¡
Algeciras 24.11.10
Andrés Baquero
